miércoles, 9 de mayo de 2012

09 MAYO


Mis pésimos pronósticos de ayer en lo que a la meteorología se refiere, evidentemente, no se han cumplido y a eso de las 06.00 de la mañana caía una fuerte tormenta sobre Goma.
Una cortina de agua caía con insistencia justo cuando me levantaba, lo que me hizo pensar que quizás hoy tampoco volaría a Entebbe.
Para mi sorpresa, hoy el dispatch ya estaba esperando cuando salí. De camino al aeropuerto y, debido a la intensa lluvia, las calles permanecían desiertas y en la radio del vehículo se podían escuchar noticias nada esperanzadoras del drama que se vive en Masisi, población que se encuentra entre Goma y Walikale y que ha sido tomada por los hombres del antiguo General Bosco. Numerosas personas huyen de la zona e intentan llegar a Goma en busca de un lugar más seguro. La radio hacía un llamamiento a los habitantes de Goma para que, dentro de sus posibilidades, faciliten la estancia de estos desplazados.
Sin embargo, a medida que avanzaba la mañana, en la terminal MONUSCO del aeropuerto, la lluvia remitía. Además, el aparato previsto para volar a Entebbe era un avión, con lo que las condiciones meteorológicas no debían influir.

Así llovía en la terminal de MONUSCO a las 06.45

Y así fue. A eso de las 09.30 despegó el avión que, pasando por Beni, me llevaría hasta Entebbe (Uganda).
"Duty free" del aeropueto


Últimas fotografías de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Goma

Atrás queda el Congo. Casi seis meses de inolvidables experiencias.
Goma, desde el aire

La vecina Gisenyi, ya en Ruanda. La diferencia, abismal

La sensación con la que me voy es que se puede hacer mucho más por toda esa gente, pero es difícil luchar contra la corrupción existente en el país, tanto en los más altos niveles como en los inferiores.
Ahora, en Entebbe, tengo cinco días por delante para finalizar el largo proceso de check out y realizar el viaje definitivo a España. Pero eso será a partir de mañana.
Uganda nos recibió con un clima más benévolo, sin demasiado calor, pero sin nubes.
Por la tarde, carrera por las calles de la ciudad y descanso del viaje, que, al final, ha durado casi seis horas.