Mis pésimos pronósticos de ayer en lo que a la meteorología
se refiere, evidentemente, no se han cumplido y a eso de las 06.00 de la mañana
caía una fuerte tormenta sobre Goma.
Una cortina de agua caía con insistencia justo cuando me
levantaba, lo que me hizo pensar que quizás hoy tampoco volaría a Entebbe.
Para mi sorpresa, hoy el dispatch ya estaba esperando cuando
salí. De camino al aeropuerto y, debido a la intensa lluvia, las calles
permanecían desiertas y en la radio del vehículo se podían escuchar noticias
nada esperanzadoras del drama que se vive en Masisi, población que se encuentra
entre Goma y Walikale y que ha sido tomada por los hombres del antiguo General
Bosco. Numerosas personas huyen de la zona e intentan llegar a Goma en busca de
un lugar más seguro. La radio hacía un llamamiento a los habitantes de Goma
para que, dentro de sus posibilidades, faciliten la estancia de estos
desplazados.
Sin embargo, a medida que avanzaba la mañana, en la terminal
MONUSCO del aeropuerto, la lluvia remitía. Además, el aparato previsto para
volar a Entebbe era un avión, con lo que las condiciones meteorológicas no
debían influir.
Así llovía en la terminal de MONUSCO a las 06.45 |
Y así fue. A eso de las 09.30 despegó el avión que, pasando
por Beni, me llevaría hasta Entebbe (Uganda).
"Duty free" del aeropueto |
Últimas fotografías de la pista de aterrizaje del aeropuerto de Goma |
Atrás queda el Congo. Casi seis meses de inolvidables
experiencias.
Goma, desde el aire |
La vecina Gisenyi, ya en Ruanda. La diferencia, abismal |
La sensación con la que me voy es que se puede hacer mucho
más por toda esa gente, pero es difícil luchar contra la corrupción existente
en el país, tanto en los más altos niveles como en los inferiores.
Ahora, en Entebbe, tengo cinco días por delante para
finalizar el largo proceso de check out y realizar el viaje definitivo a
España. Pero eso será a partir de mañana.
Uganda nos recibió con un clima más benévolo, sin demasiado
calor, pero sin nubes.
Por la tarde, carrera por las calles de la ciudad y descanso
del viaje, que, al final, ha durado casi seis horas.