El día de hoy me ha sorprendido por completo.
Hoy era el día internacional de la mujer, y fuimos invitados
a una ceremonia conmemorativa, que debía haber comenzado a las 9.00 de la
mañana. A esas horas ya estábamos allí, el TL (Malasia), Amisi (Intérprete) y
yo, pero evidentemente, no había nadie más en el sitio indicado de la reunión.
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Con el nuevo Team Leader, Roslan, de Malasia |
Aquí, el tiempo, a veces, adquiere otro cariz, y hay que tomárselo con
paciencia. Nos dijeron que, al menos hasta las 10.30, no daría comienzo la
ceremonia y aprovechamos ese tiempo para visitar Mubalaka, a 6 km de Walikale,
dirección Goma. Hacía tiempo que el TS no visitaba esta población y de esta
forma, queríamos actualizar la información del poblado.
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Mubalaka |
Nos recibieron en una de las chozas. La mayoría de este
poblado vive de un control, no muy legal, que tienen montado en el camino a
Goma. Cualquier vehículo que pasa por ahí, ha de pagar una cantidad de dinero
en concepto de mantenimiento de la ruta. Mantenimiento que realizan los propios
habitantes de las poblaciones que se encuentran a caballo del camino los
jueves. Estos jueves, como ya expliqué en anteriores entradas, es obligado que
todo el mundo (o casi todo) apoye en los trabajos de la comunidad. Es por esto,
por lo que el dinero recaudado en este control no se sabe muy bien a qué se
destina. Hay días que incluso cobran a personas que van a pie…
La entrevista comenzó cordialmente. Unos 8 hombres nos
rodeaban y comenzaron a informarnos acerca de la seguridad. No es especialmente
pobre ni especialmente problemática esta aldea que, al encontrarse tan cerca de
Walikale y además, con el control del camino, cuenta con más recursos que
muchas otras.
Sin embargo, al comenzar a hablar acerca de los desplazados
de la zona, uno de los presentes comenzó a increparnos, culpándonos de la
situación que se vive en la aldea, ya que las ONG pasan de largo y lo único que
buscamos es nuestro propio beneficio. Aunque nuestros informes llegan a las
ONG, éstas evidentemente disponen de su capital como quieren y como creen más
conveniente. No tienen nada que ver con Naciones Unidas.
Así que tuve que interrumpir la entrevista y salir de la
casa. No creo que utilizara los modales más correctos y quien no quiera ayuda,
está en su derecho.
Al entrar de nuevo en la ciudad de Walikale, nos sorprendió
el funeral de un niño. Unas treinta personas acompañaban un pequeño féretro
blanco, muy humilde, hecho a mano, parcialmente tapado con una vieja sábana.
Todos cantaban mientras caminaban tras el pequeño, camino, supongo, del lugar
donde debía ser enterrado.
Finalmente, nos dirigimos a la ceremonia de la mujer. Yo
esperaba una aburrida reunión en la que los principales representantes de la
ciudad hablarían sobre lo mal que está la mujer y lo que se debe hacer, pero
que no se hace nunca…nada más lejos de la realidad.
El primer acto que tuvo lugar fue una “parada” militar. Unos
20 policías nacionales y 25 miembros de las FARDC formaron delante del podio.
No es comparable a nuestras formaciones. Ellos no reciben ningún tipo de
entrenamiento y mucho menos en lo que a desfile se refiere. Pero lo importante
y lo significativo es que la que estaba al mando de esta unidad mixta era una
mujer policía que fue la encargada de dar novedades al administrador.
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Parada militar |
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Interior del palco |
Tras estas novedades, y en medio de un silencio
abrumadoramente respetuoso, se cantó el himno del país.
Y tras un pequeño discurso de una de las mujeres que se
encontraban en este pequeño palco, para mi sorpresa, comenzó un desfile de
numerosos grupos de mujeres que se acercaban por la calle principal de la
ciudad y, rodeando un “monumento” (aquí le llaman así), danzaban delante de
nosotros al ritmo de una charanga, que constaba de dos trompetas y un tambor.
En un momento, todo se llenó de alegría y colorido. Cada
grupo de mujeres vestía de una manera distinta, pero todas ellas con túnicas de
colores chillones. Cada grupo portaba una pancarta en la que se leía el nombre
de su “peña”. Estas pancartas, evidentemente, estaban hechas con cartones y
maderas muy rudimentarias.
Durante dos horas estuvieron pasando grupos de lo más
variopintos. No parecía acabar nunca el carrusel de mujeres. Yo calculo que
alrededor de 5000 mujeres desfilaron danzando delante de nosotros. Desde niñas
de guardería, hasta ancianas, de colegios de primaria, de secundaria, organizaciones
locales, ONG, cientos de distintas asociaciones, etc.
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Varias fotos del desfile |
Sólo se diferenciaron dos grupos del resto, el de mujeres
musulmanas, cuya indumentaria no era ni mucho menos tan colorida, y otro grupo
de mujeres que, al contrario que el resto, permanecían en actitud triste y con
la cabeza agachada. Éstas portaban una pancarta que decía: “Somos tu madre, tu
hermana, tu esposa, tu abuela, haz que nos sintamos seguras, haz que
progresemos”.
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Grupo de musulmanas |
Tras este largo desfile, aún hubo tiempo para más cosas. Un
grupo de mujeres danzaron y escenificaron una especie de juego delante de
nosotros y, tras ellas, otro grupo, esta vez más grande, representaron una
especie de teatro. En él, una de las mujeres era violada por otra que
representaba a un hombre. A continuación, se representaba todo el proceso que
debería realizar la mujer violada. Contárselo a sus familiares, que estos la
apoyen y la ayuden, ir a un centro médico para ser tratada y, por último,
denunciar la violación. La “obra” terminaba con la detención del violador.
Ojalá y fuera tan fácil en la vida real de este país.
Para finalizar, otra vez el himno, pero esta vez, en vez de
cantado, fue “interpretado” por la charanga. Pero el respeto fue el mismo.
Acabó muy tarde toda la ceremonia, así que hoy he utilizado
la tarde para descansar y elaborar los informes correspondientes.
Por la noche, los policías que nos dan seguridad, se
enzarzaron en una discusión que terminó en una pelea importante entre dos de
ellos, con amenaza de utilizar el fusil y todo, pero conseguimos apaciguarlos.
Uno de ellos llevaba 24 horas de guardia porque el otro no había acudido a
hacerle el relevo. Es comprensible el enfado del primero.