jueves, 8 de marzo de 2012

08 MARZO


El día de hoy me ha sorprendido por completo.
Hoy era el día internacional de la mujer, y fuimos invitados a una ceremonia conmemorativa, que debía haber comenzado a las 9.00 de la mañana. A esas horas ya estábamos allí, el TL (Malasia), Amisi (Intérprete) y yo, pero evidentemente, no había nadie más en el sitio indicado de la reunión.
Con el nuevo Team Leader, Roslan, de Malasia
Aquí, el tiempo, a veces, adquiere otro cariz, y hay que tomárselo con paciencia. Nos dijeron que, al menos hasta las 10.30, no daría comienzo la ceremonia y aprovechamos ese tiempo para visitar Mubalaka, a 6 km de Walikale, dirección Goma. Hacía tiempo que el TS no visitaba esta población y de esta forma, queríamos actualizar la información del poblado.
Mubalaka


Nos recibieron en una de las chozas. La mayoría de este poblado vive de un control, no muy legal, que tienen montado en el camino a Goma. Cualquier vehículo que pasa por ahí, ha de pagar una cantidad de dinero en concepto de mantenimiento de la ruta. Mantenimiento que realizan los propios habitantes de las poblaciones que se encuentran a caballo del camino los jueves. Estos jueves, como ya expliqué en anteriores entradas, es obligado que todo el mundo (o casi todo) apoye en los trabajos de la comunidad. Es por esto, por lo que el dinero recaudado en este control no se sabe muy bien a qué se destina. Hay días que incluso cobran a personas que van a pie…
La entrevista comenzó cordialmente. Unos 8 hombres nos rodeaban y comenzaron a informarnos acerca de la seguridad. No es especialmente pobre ni especialmente problemática esta aldea que, al encontrarse tan cerca de Walikale y además, con el control del camino, cuenta con más recursos que muchas otras.
Sin embargo, al comenzar a hablar acerca de los desplazados de la zona, uno de los presentes comenzó a increparnos, culpándonos de la situación que se vive en la aldea, ya que las ONG pasan de largo y lo único que buscamos es nuestro propio beneficio. Aunque nuestros informes llegan a las ONG, éstas evidentemente disponen de su capital como quieren y como creen más conveniente. No tienen nada que ver con Naciones Unidas.
Así que tuve que interrumpir la entrevista y salir de la casa. No creo que utilizara los modales más correctos y quien no quiera ayuda, está en su derecho.
Al entrar de nuevo en la ciudad de Walikale, nos sorprendió el funeral de un niño. Unas treinta personas acompañaban un pequeño féretro blanco, muy humilde, hecho a mano, parcialmente tapado con una vieja sábana. Todos cantaban mientras caminaban tras el pequeño, camino, supongo, del lugar donde debía ser enterrado.
Finalmente, nos dirigimos a la ceremonia de la mujer. Yo esperaba una aburrida reunión en la que los principales representantes de la ciudad hablarían sobre lo mal que está la mujer y lo que se debe hacer, pero que no se hace nunca…nada más lejos de la realidad.
Tras otra hora de espera, por fin el administrador del territorio llegó al lugar. Una especie de podio donde había preparadas unas 20 sillas para los principales representantes del distrito. Nosotros nos sentamos en las que nos correspondían como representantes de Naciones Unidas.
Varias fotos hechas antes de la ceremonia. Un viejo camión de las FARDC y, al fondo, lo que ellos llaman el "monumento"



El monumento

Diversos grupos de chicas se preparaban para el desfile


"podio" de autoridades ante el que se realizó la ceremonia

El primer acto que tuvo lugar fue una “parada” militar. Unos 20 policías nacionales y 25 miembros de las FARDC formaron delante del podio. No es comparable a nuestras formaciones. Ellos no reciben ningún tipo de entrenamiento y mucho menos en lo que a desfile se refiere. Pero lo importante y lo significativo es que la que estaba al mando de esta unidad mixta era una mujer policía que fue la encargada de dar novedades al administrador.
Parada militar

Interior del palco

Tras estas novedades, y en medio de un silencio abrumadoramente respetuoso, se cantó el himno del país.
Y tras un pequeño discurso de una de las mujeres que se encontraban en este pequeño palco, para mi sorpresa, comenzó un desfile de numerosos grupos de mujeres que se acercaban por la calle principal de la ciudad y, rodeando un “monumento” (aquí le llaman así), danzaban delante de nosotros al ritmo de una charanga, que constaba de dos trompetas y un tambor.
En un momento, todo se llenó de alegría y colorido. Cada grupo de mujeres vestía de una manera distinta, pero todas ellas con túnicas de colores chillones. Cada grupo portaba una pancarta en la que se leía el nombre de su “peña”. Estas pancartas, evidentemente, estaban hechas con cartones y maderas muy rudimentarias.
Durante dos horas estuvieron pasando grupos de lo más variopintos. No parecía acabar nunca el carrusel de mujeres. Yo calculo que alrededor de 5000 mujeres desfilaron danzando delante de nosotros. Desde niñas de guardería, hasta ancianas, de colegios de primaria, de secundaria, organizaciones locales, ONG, cientos de distintas asociaciones, etc.
Varias fotos del desfile








Varias fotos del desfile
Sólo se diferenciaron dos grupos del resto, el de mujeres musulmanas, cuya indumentaria no era ni mucho menos tan colorida, y otro grupo de mujeres que, al contrario que el resto, permanecían en actitud triste y con la cabeza agachada. Éstas portaban una pancarta que decía: “Somos tu madre, tu hermana, tu esposa, tu abuela, haz que nos sintamos seguras, haz que progresemos”.
Grupo de musulmanas

Tras este largo desfile, aún hubo tiempo para más cosas. Un grupo de mujeres danzaron y escenificaron una especie de juego delante de nosotros y, tras ellas, otro grupo, esta vez más grande, representaron una especie de teatro. En él, una de las mujeres era violada por otra que representaba a un hombre. A continuación, se representaba todo el proceso que debería realizar la mujer violada. Contárselo a sus familiares, que estos la apoyen y la ayuden, ir a un centro médico para ser tratada y, por último, denunciar la violación. La “obra” terminaba con la detención del violador. Ojalá y fuera tan fácil en la vida real de este país.
Para finalizar, otra vez el himno, pero esta vez, en vez de cantado, fue “interpretado” por la charanga. Pero el respeto fue el mismo.
Acabó muy tarde toda la ceremonia, así que hoy he utilizado la tarde para descansar y elaborar los informes correspondientes.
Por la noche, los policías que nos dan seguridad, se enzarzaron en una discusión que terminó en una pelea importante entre dos de ellos, con amenaza de utilizar el fusil y todo, pero conseguimos apaciguarlos. Uno de ellos llevaba 24 horas de guardia porque el otro no había acudido a hacerle el relevo. Es comprensible el enfado del primero.