Mi última patrulla antes del segundo permiso (el largo) de
la misión, me ha llevado por mi eje preferido, el sur, hasta una pequeña aldea
llamada Likoka.
Likoka |
Una nube de niños nos recibieron. Los adultos, trabajando.
Únicamente un hombre y una mujer nos atendieron.
Niños |
Para nuestra sorpresa (la patrulla la volví a hacer con
Yoda, de Burkina Faso), esta pareja nos agradeció a Naciones Unidas y en
especial a los Observadores Militares el hecho de que en esa zona se haya
puesto fin a los continuos abusos de las FARDC con los habitantes de la zona,
No han forzado a nadie más a construir sus casas ni a llevar su equipaje, ni
han robado comida ni animales, algo que, hasta hace poco, era frecuente.
Divirtiéndose con el coche |
De lo demás, esta zona es la más pobre, pero la seguridad no
es un problema aquí. Además, las ONG llevan a cabo frecuentemente proyectos que
ayudan al desarrollo de estas paupérrimas aldeas.
Por la tarde, elaboración de informes y preparación del
equipaje.