La patrulla de hoy, nos ha llevado a Yoda (Burkina Faso) y a
mí, a Isanga, a unos 40 km en dirección Kisangani.
Me ha sorprendido gratamente que lo que ayer se decía en la
reunión de seguridad, se plasmaba en el terreno y, durante el camino, numerosos
vehículos de distintas ONG se movían y
mantenían encuentros con los habitantes de la zona. En Kilambo, repartían artículos
de primera necesidad, especialmente a los desplazados, colchones, semillas,
ropa, utensilios de cocina, etc.
A la llegada a Isanga, un grupo de cuatro hombres nos
reciben calurosamente y nos invitan a entrar en la casa de uno de ellos. Esta
casa, a diferencia de la mayoría de las que se ven por aquí, hechas con barro,
estaba construída con maderas y el techo era de uralita. Pero por dentro era
igual al resto. Vacía, y con el suelo de barro, numerosos insectos y lagartos
campaban a sus anchas. En el centro del pequeño habitáculo principal, una mesa
y cuatro bancos en los que nos sentamos.
Varias fotografías de Isanga |
Lugar de la reunión |
Isanga es una pequeña aldea, en la que la seguridad reina
desde hace tiempo. Las ONG y la Comunidad Internacional han construido una
escuela y está en proyecto una fuente de agua potable. Su cercanía a Ndjingala,
gran núcleo de población a tan sólo 1 km, hace que el fluir de productos al
mercado de esta población sea importante y el nivel de vida de la aldea sea
algo mejor que el de muchas otras poblaciones.
Por la tarde, descanso y elaboración de los informes
rutinarios. Otra vez, al anochecer, hizo aparición una tormenta con fuerte
aparato eléctrico y viento, pero con poco agua.