La noche ha sido ruidosa, muy ruidosa. Una tormenta, mayor
que las de Kinshasa ha estado tronando durante gran parte de la noche. Aun así,
he dormido bien. Entre el madrugón de ayer y que aquí no hace tanto calor, para
mí, ha sido una noche tranquila.
Ayer quería haber colgado en el blog lo del día, pero nos
quedamos sin luz y al final no pude hacerlo.
A las cinco de la mañana local (aquí es una hora más que en
España, o sea, las 4 de la mañana allí), ya era total mente de día. Los niños
ya gritaban y jugaban a esas horas, pero yo no había quedado hasta las 8 con el
argelino para ir a la base, así que estuve tres horas dando vueltas a la cama. Pensé
en correr un rato, pero no se puede salir del hotel, por medidas de seguridad.
Aquí la gente piensa que la ONU ha venido a matarlos y eso no es bueno.
A las ocho, salimos para el HQ Nord Brigade. Inicio de un
nuevo check-in. Más papeleos y burocracia que resolver de un lado para otro.
Entre estos trámites, la recogida del agua para lo que queda de mes. He pedido
diez litros, dado que quedan 8 días, pero me han dado sólo 8 litros. Con esto,
me las tendré que arreglar para beber y lavarme los dientes hasta diciembre.
Otro de los trámites es abrir una cuenta corriente en uno de
los bancos de aquí, donde la ONU nos ingresará parte de nuestro sueldo para
hacer frente a los gastos del día a día, alojamiento, teléfono, comida, etc.
Esto se conoce como M.S.A.
La ciudad de Goma es más pequeña que Kinshasa, aunque cuenta
con más de un millón y medio de habitantes. Su presente está marcado por la
erupción del volcán Nyiragongo, en 2002 y que, hasta la actualidad continúa en
actividad. La lava desprendida por él destrozó la ciudad, que hubo de ser
reconstruida tras esta tragedia. Muchos perdieron su vida, muchos más su casa y
todas sus pertenencias. Estos viven ahora hacinados en chabolas de madera por
toda la ciudad. En el volcán, se ve una gran columna de humo escupida por su
cráter. Lo pondré en las fotos.
Las calles son todavía regueros de magma convertido en duras
rocas que hacen una tortura la circulación por ellas. Sólo hay una calle
asfaltada. Están asfaltando otra y es curioso que, alrededor de la única
máquina que hay, una apisonadora, se arremolinan cientos de hombres esperando
que les den trabajo en dicha obra.
En estas circunstancias, el vehículo más utilizado es la
motocicleta. La utilizan, sobre todo, taxistas. Son todas de la misma marca,
una marca desconocida en Europa y en ella son capaces de trasladar hasta cinco
personas y un niño. Esta moto no es más grande que nuestros Vespinos. Incluso
la utilizan como transporte escolar, llevando un adulto hasta cuatro niños.
Aun así, la ciudad es un caos, con gente por todos lados,
vendiendo y comprando de todo, incluidos muchos animales vivos, gallinas, cerdos,
monos, etc. Es difícil conducir por un camino así y en estas condiciones. Hay
muchos “vehículos”, por llamarlos de algún modo, de madera, con dos ruedas, también
de madera, que aquí llaman chukudu. Hay incluso una estatua en una rotonda. Lo
llevan mayoritariamente niños.
La situación de seguridad no es tan buena como en Kinshasa y
el hecho de que haya elecciones próximamente, hace que la gente esté más
revuelta. Muchos camiones, coches y camionetas forman convoyes espontáneos con
música a todo volumen, pitando todo el tiempo, y con decenas de banderas y
fotos de los candidatos a los que apoyan.
Por otra parte, hay miseria, mucha miseria. La gente busca
entre la basura algo que comer. Muchas familias viven al raso y se lavan y
comen en unas condiciones higiénicas deplorables. Y eso que únicamente he hecho
el camino que cubre el aeropuerto, donde hay un destacamento de NN.UU. y el
hotel, cerca de mi lugar de trabajo. Esta zona ya es así, y se supone que es
mejor y más segura que el resto de la ciudad, así que imagino como puede ser.
Goma podría ser un sitio paradisíaco. A orillas del lago
Kivu, que más que un lago, parece un mar, no se ve la otra orilla, entre
montañas parecidas a las que hay en nuestra Asturias o Galicia, verdes y rasas,
pero con un clima tropical, posee unas condiciones excelentes para pasar unas
vacaciones aquí. El clima es benigno (a excepción de las tormentas) y el
paisaje inmejorable. Es una pena que esto no sea más que un sueño en medio de
este caos.