jueves, 17 de noviembre de 2011

15 NOVIEMBRE

El primer día en Kinshasa ha sido un poco frenético, aunque no tanto como esperaba. A primera hora, y tras un pequeño desayuno, me dirigí al Cuartel General de Naciones Unidas en la ciudad. Allí comencé los tediosos trámites del check-in, que es como llaman al proceso de registro a los recién llegados. Allí me dijeron que debía comenzar el curso de inducción (induction training). Éste iba a empezar mañana miércoles y finalizar el siguiente martes. Debido a la proximidad de las elecciones generales del país (a celebrar el próximo 28NOV), han preferido acortar el curso para desplegarnos en los “team sites” (donde realizan su labor los observadores) lo antes posible. Así, este curso, lo he comenzado hoy y lo terminaré el próximo jueves.
Así que tras terminar el primer paso del check-in en el Cuartel General, cogí el dispatch para ir a otros dos sitios (COTEX y UTEX) para continuar los trámites. Tarjeta de identificación (ID-CARD), reconocimiento oftalmológico para la licencia ONU de conducción, etc.
Una vez finalizados los trámites, comencé el induction-training. Lo primero fue un examen de inglés. No fue muy difícil, pero no tan fácil como esperaba. Constaba de cuatro partes: Un listening, o comprensión oral, la elaboración de un informe sobre un accidente, una comprensión de textos y una entrevista personal. Nada raro. Hasta después de dicho examen no pude fijarme en mis compañeros de curso, ya que llegué justo para el comienzo del mismo. Hay un irlandés, un peruano, una ghanesa, un pakistaní, un hindú, nueve de Malí y yo. Así que, como era de esperar, con quien antes establecí contacto fue con el peruano, más que nada por hablar algo de español. Luego, establecimos contacto con el irlandés, con el que compartimos algunas experiencias. Tras los exámenes de inglés, una frugal comida en la “cafetería” de la base, un arroz blanco con algo que quiero creer que era pollo, compartido con un numeroso número de moscas, a las que parecía gustarle más el arroz que el pollo (como a mí). Tras esto, vuelta al curso, ahora tocaba test-driving, o lo que es lo mismo, examen de conducir. Pensaba que era broma pero no, ha sido un examen en toda regla, con aparcamiento en cuesta incluido. Eso sí, nos metieron a 12 personas por vehículo. A mí me tocó con casi todos los de Malí. Sin comentarios.
 Creo que conseguí aprobarlo y después, una charla sobre el uso de las radios y otra de concienciación sobre el VIH (el SIDA). Después, otra vez hacinados en una pequeña furgoneta, vuelta al HQ. Así como el día no me había impactado tanto, dado que me moví por una zona sensiblemente mejor que la de ayer, la noche volvió a mostrarse salvaje, con decenas de niños en medio de la avenida esperando alguna furgoneta o camión a la que agarrarse para continuar el trayecto colgados de ellas. Nuevamente, furgonetas con no menos de veinte personas o camiones cargados de gente hacinada encima de la carga propiamente dicha, llenaban la avenida principal. Al llegar al HQ, me “busqué” un  medio para llegar a casa, a la que llegué sobre las 19.00. Un largo día, del que tengo pocas fotos. Eso sí, fotografié una especie de camaleón de colores que me pareció bonito, pero poco más.





Una vez en casa, la wifi no funciona, con lo que copiaré este documento en cuanto pueda. Luego, tormentazo, por supuesto, se fue la luz y nos quedamos sin agua. Mejor, así me pude ir antes a dormir.
 
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