jueves, 17 de noviembre de 2011

16 NOVIEMBRE


Comencé el día igual que ayer, un trozo de pan con mantequilla y a la calle. Lo primero que debía hacer es ponerme una vacuna. Parece mentira que después de aproximadamente 20 pinchazos de vacunas, gotas y pastillas que me tomé en España, no se diera cuenta nadie de allí de que mi vacuna contra la hepatitis caducaba en Abril. Aquí se dieron cuenta y me he tenido que fiar de lo que me han puesto. Todavía estoy bien, así que espero todo siga igual.
Luego más clases, esta vez sobre “Cultural Awareness” (conciencia cultural), para entender un poco más a la población local. Luego clases sobre protección de la infancia, instalaciones médicas, organización de MONUSCO (misión de l’Organisation des Nations Unites pour la stabilisation en République Démocratique du Congo), transmisiones de la ONU, protección de derechos humanos, seguridad, tareas y misiones de los observadores militares, estrategia, etc… o sea, un “ladrillo” completo y en inglés. Hubiera sido mucho peor de no haber sido porque esa tarde se daban a conocer los destinos de cada uno de nosotros. Fuimos a mirarlos como cuando eres estudiantes y cuelgan en el tablón de anuncios las notas de un examen difícil, una mezcla de esperanza y temor, porque no sabes lo que puede ser peor. Estos puestos se dan en función del “background” (o sea, tu currículum militar) y una entrevista personal que te hacen el primer día, en el check-in.
La sorpresa mía fue que yo no estaba en el listado. No sabía dónde iba a ir. Pregunté y me dijeron que ya me enteraría. Volvimos a clase y fue a mitad de ésta cuando interrumpió un Tcol. Canadiense y se dirigió directamente a mí. Me preguntó si hablaba francés y le dije la verdad, que muy poquito. Se marchó. Pero al rato volvió a interrumpir la clase para pedirme que saliera de la misma.
Me dijo que yo iba a formar parte de su Equipo de Oficiales de Enlace con las Fuerzas Armadas de la RD del Congo (LOT of FARDC) y que iba a estar destacado en la ciudad de Goma, al Este del país, a orillas del Lago Kivu, en la frontera con Rwanda. Mi función: hacer de enlace entre Naciones Unidas y las unidades del Ejército Congoleño desplegadas en la provincia de Nord Kivu. No sé más. Tengo que empezar a ponerme al día de despliegues, divisas, empleos, funcionamiento, etc. del  “Ejército” congoleño (lo entrecomillo porque no son todavía un Ejército como lo conocemos aquí en Europa).
Esto cambia todo. Cambia la misión por completo. Yo me había mentalizado para estar en un team site desplegado en medio de la nada, patrullando con mi equipo por mi zona de responsabilidad y ahora todo cambia.
Lo peor es que me voy el lunes y ya mañana jueves tengo que empaquetar el equipaje, con lo que esta noche me toca hacer otra vez todas las maletas y mañana otra vez cargado como un mulo.
Tras acabar de hacer las maletas, compruebo que el wi fi no funciona con lo que, al igual que ayer, colgaré esto cuando pueda.
Aquí dejo algunas fotos, la primera de un puesto de la Policía Nacional Congolesa y la segunda, el "dispatch" donde me transportan. Los dedos son de un indio ( no son míos)