La patrulla de hoy ha transcurrido por el eje Sur, el que
lleva a Bukavu, capital de Sud Kivu. La he hecho con G.B.
El poblado visitado en esta ocasión ha sido Kampala, a unos
12 km de Walikale, que, obviamente, nada tiene que ver con la capital de
Uganda. Este poblado es especial para Mustafá, el trabajador de la casa que
hace las veces de intérprete, ya que su familia es originaria de esta
localidad.
Kampala |
Kampala es otro poblado que ha sabido prosperar. Han
conseguido construir ladrillos de barro y muchas de las casas presentan un
aspecto más sólido que el de otras aldeas. La mano de NN.UU. y de las ONG se ha
dejado notar en este poblado de 1500 habitantes y en el que, actualmente, viven
450 desplazados de otras zonas en conflicto.
Los niños. Siempre los niños... |
A pesar de estar en el eje más pobre, cuenta con un
incipiente comercio, dada la cercanía con Walikale, que hacen de Kampala la
población más importante de su entorno.
Allí, y no como en otros sitios más deprimidos, nos acogen
calurosamente, pero no muchas personas. La mayoría de los habitantes de Kampala
se encuentra realizando su tarea cotidiana.
En el típico lugar de reuniones, nos recibe un chaval joven,
que, por tradición familiar (como en todos estos poblados y aldeas), es el Jefe
del pueblo. Con él, otros dos adultos más y algo nuevo para mí, una mujer.
Aunque no habló durante toda la entrevista, sí que se sentó al lado de los
hombres dentro de la choza. Alrededor, como siempre, numerosos niños siempre
curiosos.
Nos cuentan que viven en calma y que están contentos con el
trabajo llevado a cabo por la ONU allí. De hecho, esta misma mañana se iniciaba
la construcción de una nueva fuente que proporcionará a Kampala de agua potable.
Es reconfortante saber que nuestros informes se plasman en la realidad
cotidiana de estas gentes.
Sin embargo, se quejan amargamente del estado en el que se
encuentran los edificios que albergan tanto la escuela primaria como la
secundaria. Al recibir esta información, decidimos visitar dichas escuelas
confirmando, muy a nuestro pesar, que los locales de Kampala se habían quedado
cortos en la descripción del deplorable estado de dichos “edificios”.
Interior de una de las clases de primaria |
La escuela desde fuera |
Apenas sujeto por unos listones de madera, por un lado, y
por finos palos verticales en otro, se sustenta una techumbre de hojas y ramas
que parece que se va a caer sobre nosotros. Eso en la escuela primaria. En la
secundaria, el panorama no era mucho mejor.
Clases de secundaria |
Se incluirá en el informe correspondiente y se informará a
la OCHA para intentar solucionar el problema.
Más detalles de las condiciones del techo de la escuela |
Después de la patrulla, y de la comida, adelantándose
bastante a lo que viene siendo habitual, una gran tormenta se situó sobre
Walikale y estuvo descargando agua durante dos horas. No cayó gran cantidad,
pero sí que el aparato eléctrico fue bastante intenso.
Al dejar de llover y alejarse la tormenta, comprobé que el
suelo estaba en buenas condiciones y salí a correr como cada día.