miércoles, 11 de enero de 2012

11 ENERO

La patrulla de hoy ha transcurrido por el eje Sur, el que lleva a Bukavu, capital de Sud Kivu. La he hecho con G.B.
El poblado visitado en esta ocasión ha sido Kampala, a unos 12 km de Walikale, que, obviamente, nada tiene que ver con la capital de Uganda. Este poblado es especial para Mustafá, el trabajador de la casa que hace las veces de intérprete, ya que su familia es originaria de esta localidad.
Kampala


Kampala es otro poblado que ha sabido prosperar. Han conseguido construir ladrillos de barro y muchas de las casas presentan un aspecto más sólido que el de otras aldeas. La mano de NN.UU. y de las ONG se ha dejado notar en este poblado de 1500 habitantes y en el que, actualmente, viven 450 desplazados de otras zonas en conflicto.
Los niños. Siempre los niños...


A pesar de estar en el eje más pobre, cuenta con un incipiente comercio, dada la cercanía con Walikale, que hacen de Kampala la población más importante de su entorno.
Allí, y no como en otros sitios más deprimidos, nos acogen calurosamente, pero no muchas personas. La mayoría de los habitantes de Kampala se encuentra realizando su tarea cotidiana.
En el típico lugar de reuniones, nos recibe un chaval joven, que, por tradición familiar (como en todos estos poblados y aldeas), es el Jefe del pueblo. Con él, otros dos adultos más y algo nuevo para mí, una mujer. Aunque no habló durante toda la entrevista, sí que se sentó al lado de los hombres dentro de la choza. Alrededor, como siempre, numerosos niños siempre curiosos.
Nos cuentan que viven en calma y que están contentos con el trabajo llevado a cabo por la ONU allí. De hecho, esta misma mañana se iniciaba la construcción de una nueva fuente que proporcionará a Kampala de agua potable. Es reconfortante saber que nuestros informes se plasman en la realidad cotidiana de estas gentes.
Sin embargo, se quejan amargamente del estado en el que se encuentran los edificios que albergan tanto la escuela primaria como la secundaria. Al recibir esta información, decidimos visitar dichas escuelas confirmando, muy a nuestro pesar, que los locales de Kampala se habían quedado cortos en la descripción del deplorable estado de dichos “edificios”.

Interior de una de las clases de primaria
La escuela desde fuera
Apenas sujeto por unos listones de madera, por un lado, y por finos palos verticales en otro, se sustenta una techumbre de hojas y ramas que parece que se va a caer sobre nosotros. Eso en la escuela primaria. En la secundaria, el panorama no era mucho mejor.
Clases de secundaria


Se incluirá en el informe correspondiente y se informará a la OCHA para intentar solucionar el problema.
Más detalles de las condiciones del techo de la escuela


Después de la patrulla, y de la comida, adelantándose bastante a lo que viene siendo habitual, una gran tormenta se situó sobre Walikale y estuvo descargando agua durante dos horas. No cayó gran cantidad, pero sí que el aparato eléctrico fue bastante intenso.
Al dejar de llover y alejarse la tormenta, comprobé que el suelo estaba en buenas condiciones y salí a correr como cada día.