jueves, 12 de enero de 2012

12 ENERO

La fuerte tormenta de ayer, unido al insoportable calor de estos días, han dejado una más que molesta nube de diminutos insectos que se cuelan por todas partes, incluso por los finísimos agujeros de la mosquitera bajo la que duermo, haciendo que esta noche haya sido un poco larga.
Por la mañana, nuevamente patrulla con G.B. Hoy tocaba doble visita, para poder dedicarnos el domingo a labores de mantenimiento.
Tomamos el camino en dirección NE. Nuestro primer destino, Tenderukara, un pequeño poblado muy cerca de Mutakato, a unos 25 km de Walikale, distancia que cubrimos en una hora y media.
Tenderukara

Otra vista del poblado
El recibimiento a cargo de los niños, como siempre
Al llegar, bastantes personas se agolparon en el típico chambado donde se llevan a cabo estas reuniones. Había, por supuesto, muchos niños y alguna que otra mujer, aunque ninguna dentro del recinto.
Este poblado, antes se dividía en dos, pero el pasado noviembre, el FDLR arrasó uno de los núcleos poblados, matando a diez personas y quemando todas las casas. así que el resto se refugió en el "otro" Tenderukara.
Ahora, su pesadilla son los soldados de las FARDC, desplegados en la vecina Mutakato, y que, frecuentemente, llegan a Tenderukara, no para realizar patrullas de seguridad precisamente, si no, más bien al contrario, para robar a los habitantes de la aldea. Además, los fuerzan a llevar pesados bultos de carácter personal hasta Walikale, cuando así lo estiman oportuno.
Por lo demás, una de tantas aldeas en las que parece que esperan que un milagro les saque de su depresión. Al contrario que otras poblaciones que hemos visitado, el hecho de que durante la reunión estuvieran presentes numerosos hombres, contrastando con los pocos a los que se veía entregados a sus labores, confirma que la actividad de esta población es escasa, esperando siempre una ayuda exterior que, por supuesto, y muy a pesar nuestro, no llega.
Lo que se ve desde mi puesto durante las reuniones


De vuelta, y a sólo 4 km de Walikale, nos esperaba uno de los numerosos poblados en este distrito que se llama Kairenge. Yo he llegado a contabilizar hasta 5.
Kairenge es una diminuta aldea, como ya he dicho, casi pegada a Walikale, pero muy próspera, donde se veía alguna que otra casa de ladrillo y donde, aparte de la sempiterna amenaza de los continuos saqueos que las FARDC lleva a cabo a lo largo de este eje, no presentaba ninguna otra peculiaridad.


Varias tomas de la pequeña Kairenge

Nos recibió el jefe de la aldea y, al contrario que en Tenderukara, sólo le acompañaba otro hombre. El resto, trabajando. Nos dirigimos a una choza que nada tenía que ver con el típico lugar de reuniones. La choza estaba adecentada y limpia. Y además, para mi sorpresa, había dos especies de sofás, donde nos sentamos los Observadores Militares.
Nada nuevo en aquella conversación. Hubiera sido hasta algo aburrida de no ser porque me senté justo delante de un gran poster del FC Barcelona, que ocupaba media pared de la estancia. No deja de sorprenderme que, en un medio tan rural, con ningún medio de comunicación, que hasta allí, lleguen este tipo de productos. El poster era algo antiguo, pero aún así no perdí la oportunidad de fotografiarlo.
El póster ocupaba más de la mitad de la pared.

Después de comer, nuevamente se desató otra gran tormenta, que duró unas dos horas. Durante ese tiempo, que además permanecimos incomunicados, aprovechamos para intentar cazar algún que otro ratón, que por las noches no paran de hacer ruidos.
Zhao, el oficial chino, se ha ido de permiso, con lo que sólo quedamos en la casa el Team leader, G.B. y yo.
Ya nos ha llegado el nombre de una nueva incorporación al TS. Será el próximo 24 de enero, previsiblemente y, a priori, he tenido suerte, ya que es uruguayo y, por lo menos, tendré con quien conversar en español.
Para finalizar la jornada, confección de informes y la carrera diaria, sobre un suelo húmedo pero no anegado.

La "fauna" de la casa aumenta con estas lluvias