La fuerte tormenta de ayer, unido al insoportable calor de
estos días, han dejado una más que molesta nube de diminutos insectos que se
cuelan por todas partes, incluso por los finísimos agujeros de la mosquitera
bajo la que duermo, haciendo que esta noche haya sido un poco larga.
Por la mañana, nuevamente patrulla con G.B. Hoy tocaba doble
visita, para poder dedicarnos el domingo a labores de mantenimiento.
Tomamos el camino en dirección NE. Nuestro primer destino,
Tenderukara, un pequeño poblado muy cerca de Mutakato, a unos 25 km de
Walikale, distancia que cubrimos en una hora y media.
Tenderukara |
Otra vista del poblado |
El recibimiento a cargo de los niños, como siempre |
Al llegar, bastantes personas se agolparon en el típico
chambado donde se llevan a cabo estas reuniones. Había, por supuesto, muchos
niños y alguna que otra mujer, aunque ninguna dentro del recinto.
Este poblado, antes se dividía en dos, pero el pasado noviembre, el FDLR arrasó uno de los núcleos poblados, matando a diez personas y quemando todas las casas. así que el resto se refugió en el "otro" Tenderukara.
Este poblado, antes se dividía en dos, pero el pasado noviembre, el FDLR arrasó uno de los núcleos poblados, matando a diez personas y quemando todas las casas. así que el resto se refugió en el "otro" Tenderukara.
Ahora, su pesadilla son los soldados de las
FARDC, desplegados en la vecina Mutakato, y que, frecuentemente, llegan a
Tenderukara, no para realizar patrullas de seguridad precisamente, si no, más
bien al contrario, para robar a los habitantes de la aldea. Además, los fuerzan
a llevar pesados bultos de carácter personal hasta Walikale, cuando así lo
estiman oportuno.
Por lo demás, una de tantas aldeas en las que parece que
esperan que un milagro les saque de su depresión. Al contrario que otras
poblaciones que hemos visitado, el hecho de que durante la reunión estuvieran
presentes numerosos hombres, contrastando con los pocos a los que se veía
entregados a sus labores, confirma que la actividad de esta población es
escasa, esperando siempre una ayuda exterior que, por supuesto, y muy a pesar
nuestro, no llega.
Lo que se ve desde mi puesto durante las reuniones |
De vuelta, y a sólo 4 km de Walikale, nos esperaba uno de
los numerosos poblados en este distrito que se llama Kairenge. Yo he llegado a
contabilizar hasta 5.
Kairenge es una diminuta aldea, como ya he dicho, casi
pegada a Walikale, pero muy próspera, donde se veía alguna que otra casa de
ladrillo y donde, aparte de la sempiterna amenaza de los continuos saqueos que
las FARDC lleva a cabo a lo largo de este eje, no presentaba ninguna otra
peculiaridad.
Varias tomas de la pequeña Kairenge |
Nos recibió el jefe de la aldea y, al contrario que en
Tenderukara, sólo le acompañaba otro hombre. El resto, trabajando. Nos
dirigimos a una choza que nada tenía que ver con el típico lugar de reuniones.
La choza estaba adecentada y limpia. Y además, para mi sorpresa, había dos
especies de sofás, donde nos sentamos los Observadores Militares.
Nada nuevo en aquella conversación. Hubiera sido hasta algo
aburrida de no ser porque me senté justo delante de un gran poster del FC
Barcelona, que ocupaba media pared de la estancia. No deja de sorprenderme que,
en un medio tan rural, con ningún medio de comunicación, que hasta allí,
lleguen este tipo de productos. El poster era algo antiguo, pero aún así no
perdí la oportunidad de fotografiarlo.
El póster ocupaba más de la mitad de la pared. |
Después de comer, nuevamente se desató otra gran tormenta,
que duró unas dos horas. Durante ese tiempo, que además permanecimos
incomunicados, aprovechamos para intentar cazar algún que otro ratón, que por
las noches no paran de hacer ruidos.
Zhao, el oficial chino, se ha ido de permiso, con lo que
sólo quedamos en la casa el Team leader, G.B. y yo.
Ya nos ha llegado el nombre de una nueva incorporación al
TS. Será el próximo 24 de enero, previsiblemente y, a priori, he tenido suerte,
ya que es uruguayo y, por lo menos, tendré con quien conversar en español.