sábado, 14 de enero de 2012

14 ENERO


La situación en la zona de Omate ha acaparado toda nuestra atención durante el día de hoy. Hemos salido a Walikale para seguir obteniendo más datos acerca de lo que está ocurriendo en la zona. Indagando hemos sabido que dos May May heridos en la contienda, un Teniente Coronel y un soldado, estaban ingresados en el hospital de Walikale. No perdimos la oportunidad y nos entrevistamos con ellos.
El panorama que pintaron no invitaba al optimismo precisamente. El FDLR se ha hecho con el control absoluto de la zona y ha quemado la casi totalidad de las casas de los 1500 desplazados que, a estas horas, siguen llegando a la ciudad de Mubi. Ya se contabilizan los muertos en los combates por decenas y los heridos perecen sin recibir asistencia médica alguna.
Después de tan desalentadora entrevista, acudimos a una reunión con las FARDC acordada ayer. En ella, una vez más, estaba ausente el Jefe del Sector, que se encuentra en Goma. por razones de seguridad, no desvelaré nada de lo tratado en la reunión, pero sí puedo decir que la impresión con la que salí no fue en absoluto esperanzadora.
Luego, nos interesamos por el estado de los desplazados. Para ello, acudimos a la iglesia de Walikale, que tiene enlace con las misiones desplegadas en la zona de Mubi. Allí nos dijeron que la mayoría de desplazados estaban en casas de familiares, y que, de momento, la situación no era alarmante. El problema vendrá si el gobierno no reacciona y recupera el control de la zona, ya que, aparte de los habitantes de la misma, muchos locales de Mubi y alrededores viven de las minas, como ya expliqué ayer. Ahora mismo se encuentran sin trabajo y sin esperanza.
Iglesia de Walikale, construida por los belgas en la época de la colonización. 
Interior del recinto

Explanada de la iglesia, con una de las escuelas de Walikale al fondo. Cuando el FDLR entró en la ciudad de Walikale, usaban esta explanada para ejecutar a los defensores de la población.

De vuelta al TS, y en medio de un calor agobiante, el cielo se volvió negro, y una tormenta estalló sobre Walikale. Creo que ha sido la peor desde que estoy aquí. De una duración de más de tres horas, y con una intensa lluvia, los rayos, relámpagos y truenos caían sin interrupción y con una fuerza que parecía que caían sobre la casa.
Por supuesto, hoy no he podido salir a correr. Durante la tormenta nos hemos dedicado a achicar agua como hemos podido y a cazar ratones.
La tarde noche vuelve a ser calurosa y los pequeños insectos no han tardado mucho en hacer aparición.