La situación en la zona de Omate ha acaparado toda nuestra
atención durante el día de hoy. Hemos salido a Walikale para seguir obteniendo
más datos acerca de lo que está ocurriendo en la zona. Indagando hemos sabido
que dos May May heridos en la contienda, un Teniente Coronel y un soldado,
estaban ingresados en el hospital de Walikale. No perdimos la oportunidad y nos
entrevistamos con ellos.
El panorama que pintaron no invitaba al optimismo
precisamente. El FDLR se ha hecho con el control absoluto de la zona y ha
quemado la casi totalidad de las casas de los 1500 desplazados que, a estas
horas, siguen llegando a la ciudad de Mubi. Ya se contabilizan los muertos en
los combates por decenas y los heridos perecen sin recibir asistencia médica
alguna.
Después de tan desalentadora entrevista, acudimos a una
reunión con las FARDC acordada ayer. En ella, una vez más, estaba ausente el
Jefe del Sector, que se encuentra en Goma. por razones de seguridad, no
desvelaré nada de lo tratado en la reunión, pero sí puedo decir que la
impresión con la que salí no fue en absoluto esperanzadora.
Luego, nos interesamos por el estado de los desplazados.
Para ello, acudimos a la iglesia de Walikale, que tiene enlace con las misiones
desplegadas en la zona de Mubi. Allí nos dijeron que la mayoría de desplazados
estaban en casas de familiares, y que, de momento, la situación no era
alarmante. El problema vendrá si el gobierno no reacciona y recupera el control
de la zona, ya que, aparte de los habitantes de la misma, muchos locales de
Mubi y alrededores viven de las minas, como ya expliqué ayer. Ahora mismo se
encuentran sin trabajo y sin esperanza.
Iglesia de Walikale, construida por los belgas en la época de la colonización. |
Interior del recinto |
Explanada de la iglesia, con una de las escuelas de Walikale al fondo. Cuando el FDLR entró en la ciudad de Walikale, usaban esta explanada para ejecutar a los defensores de la población. |
De vuelta al TS, y en medio de un calor agobiante, el cielo
se volvió negro, y una tormenta estalló sobre Walikale. Creo que ha sido la
peor desde que estoy aquí. De una duración de más de tres horas, y con una intensa
lluvia, los rayos, relámpagos y truenos caían sin interrupción y con una fuerza
que parecía que caían sobre la casa.
Por supuesto, hoy no he podido salir a correr. Durante la
tormenta nos hemos dedicado a achicar agua como hemos podido y a cazar ratones.
La tarde noche vuelve a ser calurosa y los pequeños insectos
no han tardado mucho en hacer aparición.