La patrulla de hoy nos ha llevado por el eje NW (el de
Kisangani) hasta Ulema, a 48 km de Walikale.
En el camino, mientras comenzábamos a atravesar Kilambo, nos
pararon. Una de las avionetas encargadas de transportar mineral desde esta zona
hasta Ruanda para su posterior venta, iba a aterrizar. Así que no nos quedó
otra opción que la de “disfrutar” del espectáculo.
Varias imágenes de lo que, en mi humilde opinión, es algo vergonzoso y uno de lo s principales problemas de este país. |
Al aterrizar dicho aparato, una ube de personas se echó
sobre él, bien para descargar material, bien para cargar minerales. En unos
veinte minutos, el aparato, cargado de minerales, se disponía a despegar de
nuevo, ante la pasiva mirada de los elementos de las FARDC y de la Policía
presentes en el lugar. Una vez más, el sentimiento fue de absoluta impotencia
por no poder hacer nada más que observar y esperar.
Tras este lapsus, continuamos la marcha. Hoy, al ser una
patrulla algo más corta, me acompañaba G.B. Además, debíamos realizar también
la patrulla del domingo.
Ulema es una pequeña aldea, en la que no viven más de 300
personas. No obtuvimos demasiada información. Viven en paz e intentan prosperar
en medio de la más absoluta de las pobrezas.
Ulema |
Nuestro segundo destino era Mutenda, ya de vuelta a
Walikale, y a unos 40 km de la capital del Distrito.
Aunque algo más grande que Ulema, Mutende no deja de ser un
grupo de casas, no más de quince, a lo largo del camino que une Walikale y Kisangani.
Eso sí, los habitantes de la zona estaban muy enfadados. Como ya he mencionado
en otras entradas anteriores, los jueves son los días de trabajo comunitario.
En este día, todos, o casi todos, deben dedicarse a la comunidad. En esta zona,
la Policía y los administradores obligan a la población a reparar este tramo
del camino que está sin asfaltar y que presenta un estado deplorable. Los
vecinos no se quejan de esto. Se quejan de que, al mismo tiempo, los mandos de
las FARDC desplegadas en Njingala, a unos 2km, les obligan a limpiar sus
barracones. Además los miembros de las FARDC no colaboran en estos trabajos
comunitarios. Los locales de Mutende se ven entre la espada y la pared. O bien
obedecen al administrador y arreglan el camino, o bien hacen caso de las FARDC
para limpieza de sus barracones. Entre una cosa y otra, los perjudicados son
ellos, ya que, tanto la Policía por un lado, como las FARDC por otro, detienen
a aquellos que no acatan sus órdenes, con lo que la situación se hace
insostenible.
Mutenda |
Por si esto fuera poco, han llegado rumores de que estas
autoridades que les obligan a reparar el camino gratis, están recibiendo dinero
para la reparación y mantenimiento del mismo. Sin embargo, no han invertido ni un
solo franco en estos menesteres, lo que hace pensar que se están enriqueciendo
a costa de estos trabajadores eventuales… y razón no les falta.
A la llegada a Walikale, me esperaba una pequeña sorpresa.
Aparte del Major uruguayo, que vendrá la semana que viene, se ha incorporado un
Tte. Col. paraguayo que, presumiblemente, sustituirá pronto al Team Leader
indio.
Fue una sorpresa agradable puesto que, después de mucho
tiempo, pude conversar con alguien en persona en español.
Por la tarde, lo acompañé a realizar algunas gestiones
personales en Walikale y, tras la carrera diaria, departí con él durante buena
parte de la tarde noche conversando acerca de varios e interesantes asuntos.