Sigue lloviendo en Walikale esta última mañana del 2011. La
patrulla de hoy se llevó a cabo en Walikale, para ver cómo se iba a celebrar el
cambio de año y para intercambiar información con las FARDC y la Policía. No
tardamos mucho, y respecto a la información, sin poder desvelar todo el
contenido, sí que puedo decir que en dos áreas del distrito de Walikale, el
FDLR está hostigando varias aldeas y poblados. Hostigar aquí significa quemar
casas, violar mujeres (y en ocasiones hombres e incluso animales) y matar a los
varones.
Esta última semana han matado, al menos 15 personas en
aldeas del interior de la selva. Este número es sólo lo que está confirmado,
pero la información no es clara, y pueden llegar a la centena los fallecidos.
La situación es compleja. El FDLR, que lucha por la
liberación de Ruanda, intenta obtener dinero en la RD del Congo de los
minerales y del sabotaje y asalto a los locales para volver a su país. Pero, a
la vez, saben que, si vuelven a su país, los matarán y torturarán, con lo que
no pueden salir de aquí. Ex miembros del FDLR, reintegrados al Ejército Ruandés,
han pedido a los que todavía luchan en la selva, que vuelvan sin miedo a
Ruanda, que el país ha cambiado y donde tendrán la oportunidad de reintegrarse
de sus Fuerzas Armadas. Todavía no han obtenido respuesta de estos.
Contra ellos, los locales May May, organizados en diferentes
grupos, que, a veces luchan de una parte y otras veces, en otras, dependiendo
de sus apetencias, y las FARDC, divididas, a su vez, según el origen étnico de
sus componentes.
Con todo esto, el panorama es impredecible, sobre todo en
estas áreas en el interior de la selva, donde únicamente se llega a pie y donde
MONUSCO, de momento, no puede acceder.
Además, desde estas aldeas se crea un flujo de desplazados
de sus hogares por dichos combates, que han de absorber otros poblados sin
recursos, generándose, a su vez, más conflictos. Es difícil.
Tras la patrulla, sacrificamos la cabra que estábamos
cebando y que será nuestra comida para los próximos 10-15 días.
Después de comer y de elaborar los informes correspondientes
al día, me disponía a salir a correr cuando, desde el tejado de la casa, uno de
los trabajadores que arreglaba dicho tejado, cayó, produciéndose numerosas
heridas.
El tejado de la casa, con las últimas lluvias, había cedido
y la cantidad de agua que entraba dentro de la casa era demasiada. Así que
contratamos a un par de obreros de Walikale para que nos arreglaran el tejado,
con la mala suerte de que uno de ellos cayó.
Enseguida, lo evacuamos al puesto de socorro de la Cía.
india desplegada aquí mismo, donde le trataron y le escayolaron un brazo.
Después, sin más sobresaltos, salía a correr.
Por la tarde-noche, aparte de intentar estar en contacto con
la familia, siempre muy difícil en este día, preparamos la cena de nochevieja.
Esta vez, contamos con la visita de tres oficiales de la Cía. India que
trajeron algo de pollo. Nosotros hicimos otra vez una especie de pizza de
plátanos y piñas. A las 18.00 horas locales era el final de año en China, a las
19.00, el de Nepal, a las 19.30 el de India, a las 00.00, el del Congo y a la
01.00, el español.
Con lo que cada uno estuvo atento al suyo. Excepto yo que,
obviamente a esas horas, ya estaba durmiendo. Después de la cena, a las 22.00
locales, teníamos que cortar el generador que nos proporciona la electricidad,
con lo que, a esas horas, nos acostamos.