martes, 13 de diciembre de 2011

13 DICIEMBRE


Esta mañana se ha vuelto a levantar lluviosa. Aquí, la época de lluvia va desde octubre hasta enero, con lo que aún deben de quedar días como este.
Todos los martes tiene lugar en Walikale una reunión de seguridad a la que asisten todos los “altos cargos” de la zona. El Jefe de la Policía, el Jefe de las FARDC, el administrador de la ciudad (alcalde), un representante de la agencia de coordinación de los asuntos relacionados con los derechos humanos de NN.UU., el Jefe de la Cía (que es un Comandante) india, representantes de los distintos sectores del distrito, etc. Y por supuesto, nosotros. Esta reunión, prevista para las nueve, se retrasó por la lluvia. Se realiza, como todas las reuniones de la zona en un cobertizo hecho con cuatro palos, con un tejado de paja. Dentro, dos bancos corridos.
En ella, cada uno expone lo que cree más importante, en cuanto a materia de seguridad se refiere, de lo que ha pasado en la última semana y lo que se espera para la siguiente. En general, el ambiente es bueno tras el anuncio del vencedor de las elecciones, aunque siguen produciéndose combates entre el FDLR y los MAY MAY CHEKA en alguna que otra zona.
También se ha informado de algún atraco y, cómo no, de alguna violación. Aprovecho ahora para describir un poco la situación de la mujer aquí. Aunque la discriminación no es tan extrema como en Afganistán, donde las mujeres se utilizan como un objeto más, se compran y venden, y se les obliga a ir tapadas completamente con el burka, las mujeres congolesas, especialmente en esta zona, son violadas sistemáticamente por los grupos armados que combaten en la zona. Para ellos, esta es otra manera de hacer la guerra. Violan a las mujeres delante de sus maridos, padres, hermanos e incluso hijos, con el objetivo de desprestigiar a la familia, primero, y de dejarla embarazada.
La mentalidad del hombre aquí es sorprendente. Para ellos, cualquier mujer es una prostituta, incluso la esposa de uno mismo. Lo único que varía es el precio que hay que pagar. Si una mujer se prostituye y trae a casa el dinero o las especias conseguidas por ello, es bien recibida en casa. Por el contrario, la mujer violada por el enemigo es inmediatamente repudiada por su marido y por su padre, dejándola, en muchos de los casos, en la más absoluta soledad, la mayoría de las veces, con un hijo del enemigo en el vientre.
Tiene muy difícil solución, y las O.N.G.s y las Organizaciones Internacionales, no llegan a estos sitios. Como ya referí anteriormente, en este mismo pueblo, hace dos años, fueron violadas más de 300 mujeres en una noche. Actualmente, vagan por las calles muchos “hijos del enemigo” que ahora comienzan a dar sus primeros pasos y que, los que han sobrevivido, no tiene ni casa, ni comida, ni esperanza.
Después de la reunión, volvimos a la casa, el keniano y el indio debían coger el helicóptero a Goma como dije ayer, pero el helicóptero, debido a la climatología, no voló. Así que han de esperar a mañana.
Para terminar la mañana, salí con el intérprete para hablar más detalladamente con el General Jefe de este sector de las FARDC, acerca de unos cuantos “asuntillos”. Joven, como todos, se mostró cordial y chapurreaba el inglés. Era mi primera salida sólo, y creo que sé moverme en estos ambientes. Lo aprendí de las experiencias en Bosnia y Afganistán. Así que conseguí más información de la que esperaba. Nos recibió en el Cuartel General del Sector, similar en número a una de nuestras Brigadas.
Siete u ocho vehículos totalmente destrozado e inservibles de las FARDC se encuentran en la puerta. Habían unos dos o tres camiones y tres o cuatro vehículos ligeros. Sin ruedas, y con todo lo que se podía robar, robado, servían a los soldados para protegerse de la lluvia mientras hacían su guardia. No vi ningún otro vehículo en condiciones de ser usado. Luego, tres casas viejas y totalmente derruidas servían de casa y lugar de trabajo de este General y su “Estado Mayor”, que se componía de un chaval más o menos joven, ataviado con un viejo chándal, una chaqueta rota de pana y unas botas de agua amarillo chillón que le llegaban hasta la cadera, y de un niño. A mi parecer, no superaba los 15 años, pero éste sí que vestía con el uniforme de las FARDC. Ambos permanecieron atentos, durante la reunión, pero no a lo que se decía, ya que probablemente, no tenían idea de francés, y mucho menos de inglés, sino a cada detalle de mi uniformidad, a cada gesto que yo hacía. Como si no hubieran visto nunca un blanco de otro país. Imagino que luego lo contarían orgullosos de ello.
Después de esta charla, otra vez el arroz con cabra, el plátano y los pertinentes informes. El agua dio una tregua por la tarde y pude salir a correr. Creo que la gente del pueblo se va habituando a verme y sólo los niños siguen gritándome eso de “morning…biscuit”, riéndose y a veces, imitando mi manera de correr.
El día acaba tranquilo, con una ensordecedora serenata de los millones de grillos que campean por la zona de noche. Cuando se apagan las luces, se pueden ver cientos de puntos verdes luminosos entre la hierba, moviéndose y saltando, Son las luciérnagas. La pena es no poder hacerles fotografías.