Después de la fuerte tormenta caída ayer y de una noche
llena de insectos, el día amanece en calma pero las condiciones de los caminos
impiden desplazarse muy lejos.
Así que decidí patrullar por Walikale para ver los efectos
de la tormenta e interesarme por el estado de salud del bebé de dos meses (sigo
sin dar crédito) violado antes de ayer por su padre. Además, quería visitar uno
de los acuertelamientos de la FARDC para averiguar algunas informaciones.
Evidentemente, ni el Nepalí ni el Chino mostraron la más mínima intención de
acompañarme, por lo que salí sólo con Mustafá, que hizo de intérprete, ya que
Amisi no trabaja ni hoy ni mañana.
La tormenta, aunque muy fuerte, sólo derribó algunas casas
hechas con maderas y juncos, lo que hace que la extrema pobreza de las gentes
que vivían allí, sea aún mucho mayor. De todas formas, no se produjeron grandes
daños y la población comenzaba a recobrar la normalidad.
La calle central de Walikale recobra la normalidad |
En cuanto a la FARDC, no pude entrevistarme con la persona
apropiada, así que lo dejé para el martes.
Entrada del campamento de las FARDC. A la izquierda, una mujer transporta a su hijo a la espalda. Se ven muchas madres transportando a sus bebés de esta forma. |
Luego fuimos a la oficina del Sector de Wayanga,
responsables de la alimentación de los presos de la cárcel de Walikale. Estos
presos, como ya dije el pasado jueves, habían estado sin comer cuatro días
completos. Les llevaron comida pero sólo para un día y vuelven a estar sin
comer.
En esta oficina me recibieron cuatro funcionarios. Las
paredes estaban cubiertas con viejas estanterías que soportaban toneladas de
papeles desordenados. El Jefe de la Oficina es el que ejerce de interlocutor
con nosotros. Interrumpió de mala gana su trabajo, que no era otro que
escribir, eso sí, muy despacio, cientos de nombres con una máquina de escribir
gigantesca y prehistórica. La verdad es que en cuanto escuchó el tema que veníamos
a tratar, se mostró reacio a mantener el diálogo y dijo que la responsabilidad era
de la Oficina de Administración. Aun así, conseguimos que, por hoy y hasta la
reunión del próximo martes, esta oficina dé de comer a los reclusos.
Pero lo mejor del día estaba por venir. Cuando acudimos al
hospital a ver qué tal se encontraba el bebé violado teníamos pocas esperanzas.
Ayer su estado era crítico y auguraba malos presagios.
Pero, para nuestra sorpresa y alegría, el bebé se había
recuperado milagrosamente. Cuando llegamos ya estaba comiendo de la madre y su
aspecto era mucho mejor que el de ayer. Todavía tiene que recuperarse de las
heridas sufridas por la violación, pero me dio mucha alegría ver que estaba
bien. Estuve un rato con él y con la madre. Ella me contó que el bebé se llama
Jacque y, por supuesto, que no tenía dinero ni comida. Aunque sé que no debía,
le di algo de dinero que llevaba encima, pero es que la situación supera
cualquier tipo de regla y la necesidad de esa mujer me sobrecogió.
Mi "amigo" Jacque |
Y no es que el resto de la gente aquí sea más rica ni esté
mejor que ella, pero entiendo que, para una madre, debe ser muy difícil superar
que el padre de tu bebé lo viole. El autor de semejante atrocidad está
escondido en la selva. No creo que dure mucho. En la selva no sobrevivirá mucho
tiempo y en cuanto regrese a cualquier sitio habitado lo matarán. Algunas
informaciones apuntan a que lo hizo por algún asunto relacionado con la magia
negra, muy arraigada en esta zona.
En cuanto al hospital, ya haré una visita más detallada al
mismo, ya que hoy sólo me interesaba el estado del bebé. Pero, comparado con el
resto de instalaciones de aquí, no está del todo mal. Es una casa bastante
arreglada en la que numerosos camastros rodeados de mosquiteras se apilan unos
al lado de otros. Como se puede imaginar las condiciones sanitarias dejan mucho
que desear, pero de eso ya hablaré en otro momento.
Luego, elaboración de informes y hoy salí a correr, pero
tuve que recortar la carrera porque me pilló la tormenta de cada día.