sábado, 10 de diciembre de 2011

10 DICIEMBRE


Esta mañana no me correspondía ir de patrulla, pero a primera hora de la mañana, el Team Leader me dijo que él y yo saldríamos a ver cómo estaba la situación en la zona después del anuncio ayer de que Kabila, el actual presidente, seguirá estando en el cargo otros cinco años gracias a su “victoria” en las elecciones del pasado 28 de noviembre. Además, su principal rival en éstas, Tsesekedi, ha dicho que las elecciones han sido un fraude mayúsculo, y se ha autoproclamado presidente. En otras ciudades, los partidarios de éste, se han echado a la calle. Pero mientras una parte del país está al borde de otra guerra civil, esta provincia, y en concreto esta zona, permanece inalterable. La gente vuelve a sus quehaceres sin darle mucha importancia a quien haya ganado las dichosas elecciones.
Antes de salir, y dado que cuando él se vaya me quedaré de Team Leader, le pagamos el salario semanal a  los policías que dan seguridad a la casa. Para hacerse una idea de cómo se vive en el país, estos policías cobran 3 dólares por cada guardia de doce horas, unos 2,7 euros. Hacen 7 guardias a la semana de doce horas, así que su salario mensual no supera los 85 euros. Parece mentira, pero en este sitio, son unos privilegiados.
Puesto de la policía

Luego, salimos de patrulla hacia el eje NW, el que va en dirección a Kisangani. El camino, estrecho pero bien asfaltado, serpentea entre selva y poblados. Esta zona parece menos deprimida que la de ayer, pero sigue siendo primitiva.
Una de las aldeas del camino

Llegados a un poblado llamado Kilambo, nos entrevistamos con el Tcol. Jefe del Bn. De las FARDC desplegadas en la zona. Es un chaval muy joven, de no más de 24, 25 años. En esa zona, la carretera tiene una recta muy larga, utilizada como pista de aterrizaje de avionetas. Estas avionetas recogen el material extraído ilegalmente en las minas de oro, coltán y diamantes que hay a unos 50 kms. al Norte y que traen grupos de hombres a pie. De allí, a Ruanda, donde son vendidas a países como China, EE.UU. y otros para fabricación (con el coltán) de todo tipo de circuitos para la fabricación de móviles, ordenadores, etc.
Por supuesto, la colaboración de las FARDC fue nula. Después de darnos torpemente el despliegue de las Cías. del  Batallón y el nombre de sus jefes, le preguntamos la frecuencia con que los aviones toman tierra en la zona. Su respuesta, no lo saben. Y es que la mayoría de ellos están en el negocio. Hablando con los lugareños, alguno se atrevió a decirnos que más de cuatro aviones al día toman tierra en Kilambo.
Después continuamos la patrulla, hasta llegar a una zona de 25-26 kms en los que el camino dejó de estar asfaltado y se puso algo difícil. En una de las zonas, un camión se había quedado estancado y estaba siendo “limpiado” por algunos asaltantes.

Camión embarrancado con sus "limpiadores"

Llegamos hasta Njingala, un gran poblado, donde se establece el Cuartel General de un Rgto de las FARDC. La “base”, por llamarla de alguna manera, no eran más que pequeñas chozas de madera, recubiertas con barro y con tejados de paja. Había niños y mujeres viviendo en ellas junto a los militares. Nos recibieron dos Coroneles, otra vez, no superaban los 30 años ninguno de ellos. Esto pasa porque muchos de los integrantes de las FARDC provienen de Grupos Armados, tales como los MAY MAY, o el FDLR, y en ellos, tenían esos rangos, o se llamaban a sí mismos de esa forma. Aquí fueron más colaboradores, aunque no tenían mucha idea de dónde tenían desplegadas las Cías. Del Rgto.
Luego, a la vuelta, paramos en el mercado de Mubi, para pulsar el ambiente. Parece ser que allí sí hubo algún que otro altercado anoche, e incluso llegaron a quemar algún puesto del mercado. Había mucha gente. Los puestos estaban hechos con cuatro tablas en forma de mesa. Pero había mucha más gente con la mercancía en el suelo. Olía bastante mal, debido a que vendían mucho pescado en unas condiciones lamentables. Pero había de todo. Mucha fruta, muchos vegetales y algún que otro producto de limpieza.
Después regresamos al TS. Comimos lo de siempre y esta vez decidimos, con la masa del pan, hacer una especie de pizza, con ingredientes tan exóticos como plátanos, papayas y algunas hierbas recolectadas en la zona. La verdad, no estaba muy mala, y por lo menos, cambiamos el arroz por una vez.
Pizza de plátano

Hoy la tormenta llegó a su hora y pudimos jugar un largo partido de baloncesto. Luego, eso sí, vino fuerte, y los rayos caen cerca.
Algún día tenía que ponerla. No se admiten comentarios.