miércoles, 28 de diciembre de 2011

28 DICIEMBRE


Esta noche ha sido movidita. Los policías que montan la guardia han empezado a jugar con la pobre cabra que estamos cebando durante la madrugada, y se formó algo de revuelo, ya que no sabíamos lo que pasaba.
El calor de estos días se esfumó con la tormenta de ayer y el día se ha levantado nuboso y con algo de lluvia.






Estos días de sol y la lluvia, deja estampas impresionantes.













Esperé para salir de patrulla a que los mecánicos acabaran de revisar uno de los vehículos y a que el Oficial nepalí, G.B., volviera del pueblo de comprar algo en el mercado.
Mecánicos llevando a cabo su tarea

El único que quiso venir conmigo a la patrulla fue el propio mecánico, argelino que vive en Sudáfrica, así que salí con él y con Mustafá. El Tcol. Indio aún está descansando del viaje de sus vacaciones y G.B. había de quedarse de servicio. Además, la patrulla era corta y era suficiente así.
Nada más salir, la primera sorpresa. Un policía detiene nuestro vehículo justo delante de la comisaría de Waikale y nos dice que el Jefe de Policía quería verme. Esperaba alguna valiosa información sobre los miles de problemas que castigan este país…pero no. Quería quejarse porque G.B., en su camino al mercado había pisado uno de los numerosos charcos del camino y había salpicado de barro al Jefe de Policía, que iba vestido de paisano. Contrariado, intenté hacer de tripas corazón, le pedí perdón y le dije que hablaría con G.B. y con el Team Leader para que no volviera a pasar. Pero enseguida me di cuenta de que lo que quería era obtener algo a cambio. Empezó a hablarme de una manera no muy educada y a amenazarme con mandar un informe a Goma de lo sucedido. Con la que está cayendo en el país y este hombre indignado porque le habían manchado los pantalones. Así que le dije que hiciera lo que estimara oportuno, pero que si lo iba a hacer, para qué me había parado. Me contestó algo de una compensación por los daños recibidos o no sé qué. No llegué a terminar de oírlo y me fui.
Hoy nos dirigimos en dirección Sur, a unos 11 km., a un poblado llamado Buchagusi. El camino estaba en pésimas condiciones y tardamos casi una hora en llegar.
Esta parte del distrito, aunque segura, es bastante pobre y el poblado apenas contaba con ocho o diez casas en las que se hacinaban 40 familias. La situación en estos poblados es desesperante. Nos cuentan que desde la última vez que el TS visitó la aldea, dos ONG han repartido semillas de arroz entre los habitantes, pero no han crecido y siguen en la misma situación. Es difícil cuando todo se pone en contra. Además, al estar en zona segura, reciben desplazados de otras áreas que huyen de los combates entre las FARDC y el FDLR o los May May, con lo que la situación es aún peor.


Imágenes de Buchagusi

De vuelta, de nuevo la rutina. El arroz con carne de cabra y el plátano. La carrera y los informes.
Aquí dejo un enlace donde se puede escuchar el programa de la cadena COPE del pasado 24 de diciembre.