miércoles, 21 de diciembre de 2011

21 DICIEMBRE


Después de pasar la noche en blanco cazando mosquitos invisibles y embadurnándome de inútil repelente, hoy tocaba patrulla larga, muy larga. Programé esta patrulla para poder reconocer personalmente la totalidad del eje NW, el que va a Kisangani. Este eje cuenta con un camino no muy ancho pero bien asfaltado, a excepción de un tramo de unos 23 km en los que las condiciones no son muy buenas. El final de nuestra zona de responsabilidad es L´OSSO Bridge, un puente sobre el río que separa las provincias de Kivu Norte y Maniema, el Río L´Osso. La RD del Congo, a pesar de ser casi cinco veces más grande que España, únicamente cuenta con 26 provincias. Éstas son casi pequeños estados dentro del gran Congo.


Mapa de las provincias de la RD del Congo

Provincia
Capital
1
Kinsasa
Kinsasa
2
Kongo central
Matadi
3
Kwango
Kenge
4
Kwilu
Kikwit
5
Mai-Ndombe
Inongo
6
Kasaï
Luebo
7
Lulua
Kananga
8
Kasaï Oriental
Mbuji-Mayi
9
Lomami
Kabinda
10
Sankuru
Lodja
11
Maniema
Kindu
12
Kivu del Sur
Bukavu
13
Kivu del Norte
Goma
14
Ituri
Bunia
15
Alto Uele
Isiro
16
Tshopo
Kisangani
17
Bajo Uele
Buta
18
Ubangi del Norte
Gbadolite
19
Mongala
Lisala
20
Ubangi del Sur
Gemena
21
Équateur
Mbandaka
22
Tshuapa
Boende
23
Tanganyika
Kalemie
24
Alto Lomami
Kamina
25
Lualaba
Kolwezi
26
Alto Katanga
Lubumbashi



Después de recorrer los 110 km que nos separan de dicho puente en aproximadamente dos horas y media, llegamos al lugar. El camino estaba cortado por un palo en mitad del mismo. A ambos lados del camino, unas ocho o diez chozas. Al otro lado del puente, el poblado de L´Osso, en la provincia de Manyema y fuera de nuestra área de responsabilidad.
L´Osso Bridge
Río L´Osso


Aldea de L´Osso, en la provincia de Manyema

Esta barrera la colocan para cobrar lo que ellos llaman “taxes”, algo así como un impuesto aduanero “por pasar de una provincia a otra”, pero que únicamente sirve para lucrar a algunos de los personajes que viven en la zona.
Pero lo que en principio iba a ser una patrulla rutinaria, larga, pero rutinaria, se convirtió en otra situación rocambolesca.
Me recibieron unos 15 hombres del pueblo. Muy educadamente, se fueron presentando uno a uno. Cada uno tenía un cargo importante en el poblado, un poblado que casualmente cuenta con 15 familias. Entre ellos, miembros de la Policía Nacional, de las FARDC y del Servicio de seguridad del Congo (ANR).
Al principio, la situación era de calma. Me decían que vivían tranquilos y me daban datos de dónde estaba la escuela más cercana o el centro de salud. Lo de siempre.
Pero más tarde, llegaron dos motocicletas cargadas de gente del otro lado del puente.
Visión del poblado de L´Osso Bridge y del lugar de la reunión

Aquí no se ve ningún vehículo tipo turismo por ningún lado. Únicamente los todoterrenos nuestros y de algunas de las organizaciones que trabajan en la zona. También se ve algún que otro camión cargado de víveres y gente. Pero lo que más se ven son motocicletas. Éstas pueden desplazarse sin dificultad por los caminos y trasladan a personas (he llegado a ver 6 en la misma motocicleta) de un lado a otro. No son muy numerosas, pero es el vehículo más utilizado.
En estas motocicletas se hacinaban varios miembros de las FARDC.
Tras las presentaciones de rigor, me cuentan que en un poblado cercano, llamado Kilo, los May May que actúan en la zona, los May May SIMBA (en una foto de May Mays publicada en la entrada del 9 de diciembre, explico un poco quiénes son estos combatientes) han robado cuatro motocicletas y secuestrado dos lugareños. Estos May May SIMBA (se llaman así porque adquieren el nombre de su Jefe) tienen su cuartel general en Manyema, la provincia del otro lado del río, pero suelen operar en el distrito de Walikale, desde donde se abastecen logísticamente.
El Capitán de las FARDC se muestra muy contrariado con la situación y me dice que van a atacar a los guerreros esta misma noche, si los prisioneros no recobraban su libertad.
Tras recopilar más información, decidimos (la patrulla la hice con el nepalí…) acercarnos al pueblo de Kilo, a recoger la opinión de los habitantes de la aldea. No más de diez casas se sostienen en pie a duras penas en la aldea de Kilo. Allí, unas ocho o diez personas, incluidas algunas mujeres me reciben muy cordialmente. Como siempre, los niños, curiosos, se agolpan alrededor del típico lugar donde se llevan a cabo las reuniones.
Más o menos me cuentan la misma versión que habíamos obtenido en L´Osso Bridge, con el matiz de que aseguran que estos guerreros han cometido esas acciones debido a que un Comandante de las FARDC había confiscado un cargador con munición a uno de sus miembros que iba, según ellos, a comprar comida. Los retenidos eran dos hombres que iban con el citado Comandante cuando éste le quitó el cargador a dicho individuo. Además, afirman que este grupo ha solicitado la integración en las propias FARDC y que no son agresivos.
Cuando les pregunté si podían pasarle un mensaje a dichos guerreros, me dijeron que podía hacerlo yo mismo, que uno de sus oficiales, junto a unos cuantos hombres, se encontraban en una casa cerca de allí. Y allí nos llevó. Era la única casa con tejado de uralita que se veía en los alrededores. En el exterior, un niño armado protegía la entrada, pero nos recibió cordialmente, tal y como nos habían advertido que iba a pasar los lugareños, ya que dicen que respetan mucho el trabajo de NN.UU. en el país.
Al entrar en la casa, la primera impresión no fue muy buena. En una pequeña habitación había una mesita pequeña rodeada por unas cinco o seis sillas, ocupadas por hombres más o menos jóvenes. Algunos de ellos llevaban armas. En la mesa, otros tantos vasos a medio llenar de un licor transparente que provenía de una botella sin etiquetas que estaba en el suelo. El olor del licor era insoportable, así como la suciedad de la casa. Además de los privilegiados que ocupaban las sillas, otros seis o siete niños – hombres, se sentaban en el suelo. También, alguno con fusil y un niño de no más de doce o trece años portaba un RPG-7 (un lanzagranadas). Además, uno de ellos vestía el uniforme completo de las FARDC. La habitación, además de un olor fétido, estaba llena de basura y una nube de insectos sobrevolaba las cabezas de todos los que estábamos allí. Otra vez los insectos. Muchos de ellos caían en los vasos con el licor. A los habitantes de la casa no les importaba mucho la presencia de estos insectos y creo que hasta bebían el licor con ellos dentro del vaso.
Muchos de ellos, incluso los niños, parecían estar en estado de embriaguez. No sé muy bien si a causa del licor o de otras hierbas. Estos guerreros suelen hacer uso de drogas para entrar en estados superiores de “conocimiento”.
Aun con todo, la bienvenida fue cordial. Me saluda uno de los jóvenes e inmediatamente quedan vacías dos sillas, una para el intérprete y otra para mí. El nepalí se había quedado en el coche a “vigilar”. Este joven se presenta como capitán y se cuadra al saber mi empleo. Me dice que es un oficial de enlace de los guerreros May May SIMBA y me deja hablar.
Después de contarle todo lo que sabíamos del asunto, les “animo” a que suelten a los secuestrados y que se piensen en reintegrarse en las FARDC.
Enseguida, justo cuando mis palabras acabaron de traducirse por mi intérprete, aparece otro hombre con los dos secuestrados. No muestran ninguna señal de maltrato y el Capitán me dice que ya son míos, pero que quiere el cargador con la munición de vuelta. Por lo visto, después de haber sido interrogados, los “declararon” inocentes.
Estos recién liberados se sientan en el suelo, y siguen el resto de la conversación. Los guerreros me cuentan que los May May Simba no son agresivos, y lo que quieren es integrarse en las FARDC, pero que no obtienen respuesta del gobierno.
Llamé entonces al Jefe de las FARDC de la zona, el que había visto antes en L´Osso Bridge para que viniera y aclarar las cosas. Parecía que estaba esperando la llamada porque apareció en dos minutos. Se acercaron posturas. Los guerreros entregaron a los prisioneros, el oficial de las FARDC se comprometió a recuperar el cargador y yo les aseguré que hablaría con los representantes del gobierno en Walikale para tratar el tema de la integración del grupo en las FARDC.
La conversación se hizo eterna. Ninguno de ellos hablaba directamente con su enemigo, sino que lo hacían a través de mí, con el intérprete de por medio, con lo que cada frase se repetía cuatro veces, pero al final, creo que todos salimos airosos de la situación. Cada uno consiguió lo que quería, las FARDC que soltaran a los secuestrados, los guerreros la promesa del cargador y la posible integración en las FARDC y nosotros…, bueno, nosotros que no se peguen tiros, al menos esta noche.
Luego, otras dos horas y media de coche, dándole vueltas a lo que había pasado y en cómo se iba a solucionar para que no muera gente inocente que, en estos casos, suelen ser los que pagan los platos rotos.
Al llegar a Walikale, me dirigí directamente al Jefe del Sector de las FARDC para poner en su conocimiento lo sucedido y para dejar “bien atado” el tema del cargador con munición, tan importante para los May May. Lo de la integración, habrá que negociarlo, ya que estos grupos quieren integrarse pero manteniendo sus empleos, empleos que se han auto adjudicado ellos, con lo que hay numerosos generales, coroneles, tenientes coroneles y comandantes que, obviamente, no pueden ser integrados con tales en el ejército Congolés.
Por la tarde, carrera y, sorprendentemente, otro día sin tormenta y sin lluvia. Esto hace que, a estas horas, el número de molestos insectos haya disminuido notablemente, esperemos que siga así.
El día ha sido largo, pero intenso.